El aerosol tiene que cumplir con determinadas condiciones para contagiarnos:
1. Tiene que llevar la cepa de Legionella.
2. La inhalación de gérmenes a través del aerosol ha de ser suficientemente elevada.
3. El estado físico de la persona es decisivo. El sistema inmunológico juega un gran papel.
La presencia de óxidos, sales, acumulaciones calcáreas y la corrosión favorecen la formación de una biocapa/biopelícula donde se encuentra la Legionella.
El diseño y el mantenimiento de las conducciones de las instalaciones tiene gran importancia a la hora de analizar el problema. Por lo tanto, una desinfección no es efectiva a no ser de que la acompañemos de una limpieza exhaustiva de las instalaciones.
Esta enfermedad es de declaración obligatoria desde 1996 a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y especialmente para los casos asociados a viajes la Red Europea de Vigilancia de Enfermedad de Legionario (ELDSNET).